Presa de Monte Grande, la noticia o la decepción del año
Por FELIX BETANCES.
Se dice que en política todo se vale, aunque soy de los que
creen que eso solo es aplicable en nuestra República Dominicana, donde se juega
y se re juega, con los sentimientos más profundos de un pueblo; sin ningún reparo
y sin ningún rubor. En un pueblo al que
nadie respeta y nunca sabe pasar factura a quien o a quienes lo tratan
sencillamente como a una cosa más.
En nuestra calidad de ciudadano dominicano hijo de este Sur
al que muchos lo llaman “profundo” en una expresión muchas veces despectiva,
aunque en otras, sin mala fe, no habré sido el que más haya escrito con interés
en que la “Presa de Monte Grande” se convierta en una realidad anhelada por la Región,
pero sí estoy entre los que lo han hecho con amor y con esperanza.
El caso Monte Grande se ha convertido en una frustración para
los sureños, ya que se cifró como la esperanza el ver realizada la obra cumbre
para una región que necesita con urgencia ver resuelto uno de sus más preciados
sueños.
Ha resultado decepcionante en grado superlativo, en razón de
que esta había sido una promesa del Presidente Danilo Medina quien había prometido
a sus hermanos de camada, que la dejaría inaugurada, antes de terminar su período
de gobierno que concluye el 16 de agosto venidero.
Después del fracaso de ese compromiso con los pueblos del
Sur, de lo cual no hay ninguna justificación aceptable, de repente aparece en
los medios de comunicación la información de que en una visita de las llamadas
sorpresa en la comunidad de Enriquillo, éste le confió al actual senador y
candidato a la misma posición por su partido, que en los próximos días, se
reiniciarán los trabajos de dicha Presa.
Faltando poco más de 60 días para las elecciones en las que
el propio Presidente es Candidato a reelegirse en el cargo, nadie absolutamente
nadie va creer, que esto se hará con buenas intensiones, sino que se trata de
una simple jugada política electoralista que persigue únicamente, agenciarse el
favor del voto de los sureños y sureñas.
En la forma y el escenario en que se produce ese anuncio, no
concita el aplauso ni despierta emoción alguna en quienes cifraron sus
esperanzas, en un hijo del sur que no ha dado respuesta a su progenitor.
Los políticos deben ser inteligentes y prudentes para no
jugar con los sentimientos y las esperanzas del pueblo, al hacer promesas y
ofrecimientos en momentos en que todos saben que pueden convertirse o recibirse
como simples chantajes.
¡Pidan el favor, pero con respeto ombe!.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario