Expulsiones por transfuguismo y traición, pero...
Por FELIX BETANCES.
“Lo que está de moda no incomoda”, es una frase que
escuchamos y que ha mantenido vigencia, desde que tenemos uso del conocimiento.
Sin embargo, es bueno decir que hay cosas que aunque estén de moda, no a todos
nos lucen o nos quedan agradables y por tanto, si no las sabemos usar, a
alguien podría no caerles bien y de hecho, eso puede convertirse en algo
difícil de tragar.
A raíz de las recién pasadas elecciones generales celebradas
el 15 de mayo retro próximo, cuyos resultados finales a un mes de su
celebración, no han sido pronunciados oficialmente por la Junta Central
Electoral, nos encontramos con una especie de “Festival de expulsiones” en el
cual están involucrados los principales Partidos que terciaron en dicho
proceso, unos aliados como “zapata y andamio” en una construcción cualquiera y
otros dispersos como el que vaga sin rumbo fijo.
Debería darles vergüenza a los líderes de los principales
Partidos políticos dominicanos, el solo hecho de mencionar en sus haberes, la
palabra expulsión y mucho menos alegando traición, en el entendido de que lo
que se ha producido aquí en las referidas elecciones, no es más que un “cáncer”
que ha hecho metástasis y que fue creado por ellos mismos a través de los años.
Ese cáncer que hoy ha tocado las fibras de sus propios
creadores, se origina desde los gobiernos de Joaquín Balaguer, el cual ganaba
las elecciones no en las Urnas, sino en la Junta Central Electoral y como una “contracultura”,
fue aprendido por quienes hoy no pueden dominarlo.
No se puede conseguir gobernabilidad en un país, comprando a
los opositores al gobierno que esté de turno, pero tampoco coartando el derecho
que tienen los miembros de los partidos a aspirar conforme lo proponen los
pueblos, para que ocupen posiciones desde las cuales, se entiende que pueden
hacer un servicio en beneficio de los mismos; mal en el que todos han caído
lamentablemente.
Si los partidos hubiesen respondido a los intereses de sus
comunidades en forma democrática, permitiendo que cada uno de ellos escogiera
el candidato que más les convendría, en lugar de imponerles en muchos de los
casos a gente desgastadas políticamente y con pocos méritos; no se hubiese
vivido la desagradable experiencia de ver a gentes vendiendo sus cédulas y a
otros haciendo creer que votaban por alguien, mientras lo hacían por otros;
como una forma de desahogo o venganza.
Para solo citar algunos ejemplos: da vergüenza ver al
Secretario General del PLD, Dr. Reynaldo Pared Pérez, hablando de expulsiones
por traición, todo parece indicar que no analizó cómo se impuso el propio
Danilo Medina a la candidatura presidencial, pero tampoco, como se impone él
mismo, que hasta unos meses antes de los comicios, no tenía aspiraciones a
reelegirse.
Lo mismo ocurre en lo que queda del PRD, absorbido en su casi
totalidad por el propio PLD, y qué decir del PRSC, (primero chupado y luego
botado como un esquimalito), partidos de los que quedan los nombres, porque
fueron hechos de un cuero (piel) muy duro.
En vista de que todos cometieron el mismo pecado, no deberían
estar hablando de expulsiones, sino deberían estar arrodillados pidiéndoles
perdón a Dios y a los que tanto daño han hecho, especialmente al pueblo
dominicano.
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