Un gobierno en crisis y un Presidente en abandono.
Por FELIX BETANCES.
Es de triste recordación la crisis que vivió el Doctor Joaquín
Balaguer y su gobierno en los años 90, donde
por tantas cosas malas que se hacían desde el poder, unido esto a las
pisoteadas aspiraciones políticas de algunos de sus más cercanos allegados, los
cuales tenían vedado aspirar a competir con quien se creía dueño y señor del
pueblo, llegando a surgir la frase: “Balaguer no está solo”.
Dicha frase surgió de parte de quienes estaban a su lado,
como una respuesta a otra frase que ya se escuchaba en todos los sectores
sociales y que se veía incluso escrita en vehículos y en residencias la cual
decía: “Yo no tuve la culpa de esa desgracia”, en franca alusión a las malas
acciones y a la prepotencia del gobierno Balaguerista.
Es parcialmente cierto, que la historia no se repite ya que
siempre habrá circunstancias y escenarios desiguales, pero pueden ocurrir
historias con mucho parentesco y con causas o motivos idénticos. Tal es el caso
en la actualidad por lo que está pasando el Presidente Danilo Medina y su
gobierno, el cual ha caído en una situación de profunda e innegable crisis
política y económica, la cual se le ha ido tanto de las manos, que ni siquiera
la ha podido disimular.
Solo los que no tienen dos dedos de frente como dice el
refrán o los que estaban obligados por las razones que fuesen, no veían o no
creían que esta situación se destaparía más temprano que tarde, tomando en
cuenta el alto costo que a costa del pueblo, sacrificó el Presidente Medina,
solo con el interés de quedarse en el poder, cuyas consecuencias, ya ha
empezado a pagar el pobre pueblo dominicano.
Según lo que observa, el gobierno actual enfrenta dos grandes
crisis, cuál de las dos pudiera ser peor; por un lado, es innegable el
desespero económico y que pudiera ser el más peligroso para un gobierno que recién
inicia.
La aplicación de aumentos en forma administrativa y de manera
subrepticia, como se dice en el argot popular, “como un palo acechado”, entre
los cuales se encuentran el exorbitante aumento hecho a al peaje, el aumento
actual del pago de los marbetes de los vehículos, así como la puesta en venta
en pública subasta de las acciones del Proyecto “Punta Catalina”, entre otros
que vienen en camino; sin contar los que vendrán a través de “su Congreso”; son
una muestra más que inequívoca de vacío económico y de lo que le espera a este
pueblo.
Hay que recordar que el año pasado 2015, se sometió un
presupuesto de 620 mil millones de pesos, a los que se sumaron unos mil millones
de dólares en Bonos Soberanos que fueron colocados, con la justificación de
fortalecer la ejecución de dicho presupuesto; pero a estos también se sumaron
unos 350 millones de pesos en un presupuesto complementario. Se sabe en
consecuencia que parte de este dinero fue gastado en la campaña política.
En la actualidad, se somete un proyecto de presupuesto para
el año 2017, ascendente a cerca de 750 mil millones de pesos, sin que se
contemplen partidas significativas para sectores prioritarios, como el Sector
Salud y otros, pero en el cual tampoco se contempla un aumento general de
salarios a servidores públicos, no obstante hacer más de diez años que no lo
reciben y a pesar de que tienen que hacer frente al costo de la vida, con
salarios miserables.
Por otro lado, está el visible descalabro en términos políticos,
donde altos dirigentes de ese Partido, se destapan con declaraciones que a
simple vista, solo las harían quienes no son sus amigos, en franco desafío al
liderazgo y al propio gobierno.
Por ejemplo: las declaraciones de Euclides Gutiérrez Félix,
las recientes declaraciones de Reynaldo Pared, Secretario General del PLD, las
declaraciones de Carlos Amarante Baret entre otras, acusando de “Aves de
Rapiña”, a sus propios compañeros, dicho con otras palabras (aunque no cuentan
con mucha credibilidad), demuestran un franco desafío al Gobierno de Danilo
Medina; no importándoles en lo más mínimo, las posibles consecuencias que de
esto pudieran derivarse. Tan simple como decir que lo están dejando solo.
De seguir así las cosas, podría írsele de las manos el
control al gobierno, poniendo en peligro la estabilidad democrática que aunque
a medias, se vive en el país.
Sabemos que esto no es simpático para muchos; pero tampoco es
un juego de niños.
¡Ojo avizor pueblo!.
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